A partir de hoy los principales "objetivos de Cultura" serán custodiados por efectivos de la Policía Local. El contrato con la empresa que garantizaba el servicio de vigilancia venció este sábado y no se renovó.
A partir de octubre, la Policía Local deberá garantizar la seguridad de museos y bibliotecas municipales, luego de que este sábado venciera el contrato que garantizaba el servicio con una empresa privada. Según pudo saber LA CAPITAL, la noticia tomó por sorpresa a los efectivos de la fuerza, quienes fueron notificados esta mañana de los cambios.
Hasta el momento se desconoce si la medida obedece a una decisión para bajar los gastos del Municipio o, simplemente, un descuido de los tiempos contractuales previstos con los proveedores, pero lo cierto es que desde este domingo y hasta que la comuna realice una nueva licitación para cubrir el servicio, algunos edificios bajo la órbita de la Secretaría de Cultura quedarán sin vigilancia, mientras que otros tantos serán custodiados por la fuerza liderada por Fernando Telpuk.
“Lo que sucedió es que, en distintos lugares de Cultura, el contrato con la empresa de seguridad venció el 30 septiembre, por lo que vamos a ver algún sistema para cubrirlo con efectivos de la Policía Local”, explicó el funcionario a LA CAPITAL.
Según indicó, estas tareas se realizarán bajo una modalidad de “policía adicional“, es decir, “no va a ser en acto de servicio, sino que van a ser policías que estén de franco”, aclaró, asegurando que ningún espacio público que es custodiado por efectivos de su fuerza quedará desprovisto de presencia policial.
“Esto es temporario hasta tanto se pueda hacer una nueva licitación y se renueve la prestación de servicio de una empresa de vigilancia“, señaló, y agregó que, de esta manera, quedaran cubiertos los “objetivos de Cultura que el intendente fijó como prioritarios”.
Lo cierto es que existe por estas horas un desconcierto generalizado entre los efectivos de la fuerza, ya que muchos de ellos tomaron conocimiento en la mañana de hoy que habían sido trasladados a nuevas zonas de cobertura, sin lugar físico donde guardar sus pertenencias o indicaciones precisas de cuáles fueron los motivos del cambio o la instrucciones a seguir.